21/1/16

El concepto católico de Misericordia

8/7/15

Audio completo de la lectura de la enciclica Laudate SI







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Este  Trabajo ha sido el fruto de locutar  una semana , por eso te pido que si te satisface y segun sean tus posibilidades reces por quien lo hizo y si puedes dejes también tu aporte en lo que consideres puedas por medio de Pay Pal al correo electrónico : grabaciones777@gmail.com

Disfruta de los audios y da gracias a Dios.


21/4/15

Predicación del Padre Eduardo Rodriguez, sobre el infierno





Sermón predicado en 1963 (es puesto on line para que ser oído y ver como son las diferencias de tópicos y estilos de predicación con los actuales) Tema el infierno

13/4/15

Posta Mariana del Regimiento de Infanteria Mecanizada 6 de Toay en Lujan









Soldados del Regimiento de infantería
Mecanizada 6 de Toay honran a la virgen de Lujan y rezan por los 11
caídos en Malvinas
El domingo 12 de abril en la misa de
las 11 horas en la basílica de Lujan entraron por el pasillo central
de rodillas , al comienzo de la misa, 11 soldados del regimiento de
infantería mecanizada 6 de Toay , quienes a sus espaldas llevaban
escrito cada uno un nombre, que perteneció a cada uno de los once
integrantes de ese regimiento que cayeron en la gesta de Malvinas en
1982.
En la charla que mantuvo con Radio Tres FM Santa Rosa el jefe del RIM (Regimiento de infantería Mecanizada) en la basilica
de Lujan dijo que “ Se inició en Toay, con cinco altos prolongados
en Pellegrini ,Pehuajó, Suipacha y Mercedes e iban corriendo 30
soldados unos 120 km por día en honor a nuestros guerreros del
(Regimiento de infantería Mecanizada) 6 y por amor a la Virgen
patrona del país”.
Respecto de la gente que participo de
la posta Mariana dijo el Teniente Oscar Fierro que “el regimiento
al completo, ya que los que no están acá , están apoyándonos con
su oración”


Dijo además que es parte de la campaña
“Suma kilómetros para llegar a Malvinas”, simbólicamente, y que
consiste en recorrer distintas partes a pie hasta sumar 31.427 km ,
se han propuesto completar esa distancia en dos años.

1/4/15

¡Viva la Sotana! (vídeo completo) Viva the Cassock!







Publicado por www.adelantelafe.com ¡Viva la sotana! Es un documental que quiere poner de actualidad la prenda por excelencia del sacerdote católico. Lo es por su gran sentido espiritual, por su forma, por su color y porque han sido generaciones de sacerdotes quienes la han llevado.

La sotana le recuerda al sacerdote que lo es para Jesucristo y de Él para los demás. La sotana ayuda al fiel a encontrar a Cristo en el sacerdote y no al amigo, pues el fiel busca la santidad del sacerdote antes que su simpatía.

La sotana es tan actual ahora como ayer y como mañana, y lo es porque no depende de la moda, como así depende la camisa con alzacuellos y el pantalón. La moda pasa y la sotana queda inalterable, como inalterable es el sacerdocio de Cristo visible en la sotana.

La sotana no puede ocultarse como se oculta la camisa y el alzacuello, por esta razón el sacerdocio es siempre visible para el mundo. La sotana es testigo constante de la presencia de la Iglesia en la sociedad.

La sotana imprime carácter en el seminarista y en el sacerdote, afirma su personalidad, robustece la fe, le une a los mártires y confesores de la fe, y le une especialmente a la Cruz de Nuestro Señor al verse sometido a las injurias del mundo que rechaza la Luz. La sotana es escuela de hombres.

Dios quiera que este documental ayude y estimule a seminaristas y sacerdotes a llevar la sotana y a los fieles les haga comprender la importancia de este hábito eclesiástico tanto para el sacerdote como para ellos.

16/3/15

La desistencia de autoridad en la iglesia

La desistencia de la autoridad en la iglesia


En los comentarios a la serie sobre polémicas matrimoniales, para la que he tenido que escribir ya más de una veintena de artículos como penitencia por mis pecados, hay algunos temas que surgen una y otra vez. El más común es la queja por la pasividad de las autoridades en la Iglesia.
¿Por qué el Papa no impide que se haga o diga tal cosa? ¿Por qué Monseñor Ausente Nostoy permite que D. Nestorio Árriez, párroco de Villamodernista, enseñe barbaridades desde el púlpito? ¿Por qué ese superior religioso no echa a patadas a Fray Herético o a Sor Mundana? ¿A qué espera la Conferencia Episcopal de Heterodoxilandia para pronunciarse? ¿No debería alguien hacer algo?
Es una queja constante y, digámoslo desde el principio, muy razonable. No me importa reconocer que yo siento lo mismo en muchas ocasiones cuando leo noticias sobre la Iglesia. Sin embargo, en lugar de limitarme a la queja, por muy justificada que pueda estar, me gustaría centrarme en las causas de esta situación. A fin de cuentas, para solucionar un problema lo importante no es repartir culpas, sino diagnosticar bien la enfermedad para atacar sus causas. Cognitio rerum per causas.
La inoperancia de la autoridad en la Iglesia desde hace al menos medio siglo es, creo yo, evidente para cualquier persona medianamente razonable, quizá con la excepción de una buena parte de los propios clérigos, que parecen extrañamente ciegos a ella (o, peor aún, en algunos casos están encantados con la situación). Esta dejación de la jerarquía en sus funciones de gobierno es lo que Romano Amerio llamó la desistencia de la autoridad eclesial.
Como es lógico, un fenómeno tan extendido, que en su forma actual ha durado ya cinco décadas no puede tener una única causa, sino que probablemente obedece a una suma de circunstancias, procesos históricos y conductas personales que han desembocado en la situación actual. No obstante, aunque no pueda hablarse de una única causa, creo que es posible señalar una causa principal, que explica la sustancia del fenómeno. A pesar de limitarnos a una única causa, hablar con una mínima profundidad de ella exigiría libros enteros, pero haremos lo que podamos con el espacio del que disponemos, dando grandes brochazos donde lo ideal sería poder analizar las cosas con detalle.
A mi entender, la desistencia de la autoridad de la Iglesia es la consecuencia inevitable de otra desistencia, la desistencia en la búsqueda de la verdad. Esta segunda desistencia, mucho más grave aún que la primera, es fruto de un proceso histórico de larguísima duración, que hunde sus raíces en diversos movimientos históricos y que va alejando al hombre de la Verdad, tanto material como afectivamente.
Entre esos movimientos históricos, en el campo del pensamiento, cabe destacar elnominalismo, que fue el primer paso para abandonar la gran tradición del realismo aristotélico-tomista, en favor de un subjetivismo que, poco a poco, se fue exacerbando. Posteriormente, llegó el antropocentrismo renacentista: en lugar de considerar a Dios (y por lo tanto a la Verdad) como centro de todo, la atención empezó a desplazarse hacia el hombre (y por lo tanto, hacia su subjetividad). El paso siguiente fue el racionalismo, con Descartes como su paradigma, que trasladó la cuestión del ser al sujeto: “pienso luego existo”; lo primero es el yo y, sólo en segundo plano, se encuentran el ser y el Ser. Por eso, en el cartesianismo y en todas las filosofías posteriores, la admiración es sustituida por la duda como principio de la filosofía.
Después de Descartes, que todavía era católico, el ritmo del abandono progresivo de la Verdad se aceleró. La Ilustración opuso naturaleza y civilización, razón y fe, religión y ciencia. La filosofía, a marchas forzadas, comenzó a despeñarse por el sendero delsubjetivismo con diferentes nombres: empirismo, positivismo filosófico, evolucionismo filosófico, idealismo, hegelianismo, el positivismo jurídico y todos sus hermanos y primos hasta desembocar en el pensamiento débil y el relativismo propios de nuestra época.
Como es lógico, esta telúrica corriente de alejamiento de la verdad también ha afectado al catolicismo. La reforma protestante, que se puede enmarcar dentro de la misma tendencia general al subjetivismo, pasó de una religión basada en la Tradición, la Escritura y el Magisterio a otra basada en la interpretación subjetiva de la Escritura, con quot capita tot sententiae. Vinieron después el liberalismo religioso, las innumerables sectas protestantes y grupos seudognósticos que surgieron como setas en los siglos XVII- XIX, el americanismo y, sobre todo, el modernismo teológico(este último con una envidiable buena salud en nuestra época).
¿Ha habido intentos de dar la vuelta a esta corriente? Muchos, pero poco efectivos y, en general, cada vez más infectados ellos mismos por el propio virus que intentan sanar. Se pueden citar en este sentido el neotomismo, el ultramontanismo, los diversos tradicionalismos y legitimismos, el conservadurismo político y religioso, el personalismo, la renovación patrística o los nuevos movimientos católicos, entre otros muchos. Sus defensores luchan, en muchos casos con un grandísimo esfuerzo y sacrificio personal, contra un enemigo que en ocasiones no comprenden del todo y contra el que, en el mejor de los casos, sólo consiguen pequeñas victorias pasajeras, a precio de ir cediendo constantemente terreno, que no parecen afectar al gran río de la tendencia multisecular.
Sería muy largo analizar esto, pero es fundamental tener en cuenta que los que participan en esos intentos de arreglar las cosas son hijos de su tiempo y, en muchos casos, intentan arreglar las cosas pero partiendo ya de varios presupuestos y de una forma mentis que ya están deformados como consecuencia de la misma corriente antiverdad y serían impensables, por ejemplo, para un Santo Tomás. Por eso tienen tan poco éxito en dar la vuelta a la tortilla. El ejemplo más claro es el conservadurismo actual, que está infectado hasta la médula de liberalismo. No es de extrañar, pues, que en realidad termine diferenciándose muy poco de los progresistas. Lo mismo sucede con otros movimientos políticos, como los legitimismos, que, en lugar de basarse en una concepción sana de la monarquía tradicional, se centraron en muchos casos en el absolutismo del siglo XVII, que en realidad es la peor época de la monarquía.
El mismo concepto de derechos humanos, aunque no lo parezca, es uno de estos intentos de volver a la Verdad objetiva, mediante el intento de proponer una serie de verdades universales sobre los seres humanos que no se puedan relativizar. Sin embargo, su origen y sus defensores están tan ligados a esta corriente antiverdad que, en la práctica, los derechos humanos han llegado a ser exactamente lo contrario de lo que pretendían en un principio, convirtiéndose en meras armas arrojadizas al servicio de cada nueva moda social y perdiendo cualquier pretensión de contenido objetivo, universal y permanente. Lo mismo podría decirse de la idolatría de la razón característica de la Ilustración, que, al exagerar la capacidad del intelecto humano, terminó por dar lugar al irracionalismo actual y al abandono de la razón.
En los intentos intraeclesiales, en muchos casos también se puede observar un insidioso semipelagianismo típico de la época actual, arqueologismos (que idealizan un primitivismo imaginario a expensas de la verdadera relación con el origen de la Iglesia que se logra a través de la Tradición), la primacía de la acción sobre la contemplación, un desprecio cronolátrico de la escolástica o la obsesión por cuestiones superficiales, sin conseguir una síntesis que pueda galvanizar a la cultura de la época. Por supuesto, todo esto se nota mucho en los peores representantes de estas corrientes y menos en los mejores, pero a mi entender es algo que afecta a todos. Y cuando digo a todos me incluyo a mí mismo: somos personas de nuestro tiempo y la propaganda constante de la ideología apóstata de nuestra época nos influye aunque no nos demos cuenta.
Todo este proceso, con su larguísimo devenir, sus avances y (pequeños) retrocesos ha desembocado en la mentalidad de nuestra época. En comparación con edades anteriores, nuestro tiempo se caracteriza ante todo por haber renunciado a la verdad, no sólo no creyendo ya en la posibilidad de encontrarla, sino negando la existencia misma de la verdad en el sentido estricto del término. El hombre moderno no espera ya encontrar la Religión verdadera, sino una religión útil que le haga sentirse bien; no cree que haya filosofías correctas e incorrectas, sino sólo originales o anticuadas; no concibe principios inamovibles, sino sólo consensos más o menos ventajosos, y no está dispuesto a tolerar la existencia de normas morales que osen coartar su sacrosanta libertad.
El grito del demonio siempre ha sido non serviam. La versión de nuestro tiempo es“nadie puede decirme lo que tengo que hacer”, la famosa anomía de la que habla San Pablo en 2 Tes 1-2. Incluso los teólogos intentan librarse del “yugo” de la Tradición, la Escritura, el Magisterio en incluso la Verdad absoluta, quebrando el principio de autoridad para ser “auténticamente libres” y crear una nueva moral “más adecuada para el hombre de nuestro tiempo”, que no se base en la verdad ni en la revelación, sino en la mera voluntad autónoma del hombre. Olvidan así cosas que saben hasta los niños que estudian el catecismo: las palabras de Cristo no pasarán, sólo la Verdad os hará libres y el que me ama, cumplirá mis mandatos.
En la Iglesia, esta mentalidad provoca inevitablemente la falta de fe. No una falta de fe individual, como en épocas anteriores, sino una falta de fe generalizada, como ambiente general y, por lo tanto, más difícil de percibir. Como dice el aforismo clásico, en el país de los ciegos, todo el mundo ve de maravilla. Los católicos de hoy, en su gran mayoría, han perdido la idea misma de la fe que vale más que el oro y ya ni siquiera la echan de menos, sino que creen que la incertidumbre, la duda y la sensación de inferioridad con respecto al mundo son el estado habitual del cristiano. Por eso, en general, les escandalizan el martirio, la preocupación seria por la verdad de la fe, el valor de la Tradición y la intransigencia en cuestiones morales. La fe se suele entender más bien como opinión, la esperanza como un ingenuo optimismo (interrumpido periódicamente por desconsolados brotes de pesimismo que se curan a base de pastillas) y la caridad como buen rollito y llevarnos todos bien. En consecuencia, surge el horror a la cruz y la gracia cede su puesto al activismo en la conciencia cristiana, dominada por un semipelagianismo (o pelagianismo entero) rampante y desafiante.
La jerarquía, como es lógico, está hecha de la misma madera que los seglares de los que proviene. A fin de cuentas, nadie nace siendo sacerdote u obispo. En ella, el signo más claro de esta enfermedad es precisamente la desistencia de la autoridad. Si la fe es sólo una formulación provisional de una opinión más sobre la (incognoscible) verdad, tiene poco sentido defender a ultranza esa fe o enfrentarse a la opinión pública para corregir a los que promueven herejías y heterodoxias. Si la fe no es cuestión de vida o muerte, es comprensible queproteger a los fieles de los que enseñan doctrinas distintas no sea una prioridad. Basta pensar, por poner un ejemplo entre una legión de ellos, en un Anthony De Mello, cuyas tesis, evidentemente heterodoxas, no fueron condenadas hasta ¡once años después de su muerte! por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a pesar de que había sido el gran best-seller religioso de su época, con un lugar de honor durante treinta años en todas las librerías religiosas, también en las diocesanas, y con traducción a muchísimas lenguas. El contraste con todas las épocas anteriores de la Iglesia, incluida la apostólica, no podría ser mayor: Si alguien niega que Jesucristo haya venido en la carne, es el anticristo, decía San Juan, y si yo o un ángel del cielo os predicara un evangelio diferente, sea anatema, advertía San Pablo.
Una manifestación muy clara es el lenguaje de los documentos eclesiales, que es blandito, generalmente oscuro, retórico, políticamente correcto y preocupado ante todo de no ofender a nadie. ¿En qué se parece ese lenguaje al de Cristo, que sabía hablar con dulzura cuando convenía y con total claridad, rotundidad y dureza cuando era necesario? ¿Alguien imagina un documento actual de la Iglesia que dijese cosas como sepulcros blanqueados, nidos de víboras, generación mala y adúltera, ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, duros de entendimiento y torpes de corazón, o quien se casa con la repudiada comete adulterio? ¿Por qué ese alejamiento de la forma de actuar de Cristo? Da la impresión de que, de alguna manera, se está extendiendo en la Iglesia una especie de concepción difusa de que hoy somos “mejores” que Cristo, precisamente porque somos más blandos, menos claros y más políticamente correctos que Nuestro Señor. Es triste, pero no de extrañar, porque despreciar la Verdad es lo mismo que despreciar al que dijo Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Curiosa y escandalosamente, en muchos casos la desistencia de la autoridad es más pronunciada en los eclesiásticos que mantienen en mayor grado la fe, porque ejercer esa autoridad, para ellos, casi siempre implicaría ir en contra de la opinión general y de lo políticamente correcto. Esto es más evidente en el nivel episcopal, porque el proceso de elección de obispos también está influido por la misma tendencia a la desistencia y, por lo tanto, suele preferir a candidatos que no vayan a “dar problemas” y que nunca hayan oído aquella frase evangélica de Si el mundo os odia, sabed que antes me ha odiado a mí… Además, al resultar más visibles para un mundo que ya ha abandonado casi por completo la verdad, los obispos están en el candelero e inmediatamente sufren persecución cuando actúan como deben, tanto dentro como fuera de la Iglesia. El párroco de una parroquia rural perdida, puede defender la fe católica sin compromisos y, a lo más, sufrirá las críticas de los vecinos tibios o descontentos. En cambio, un obispo que se atreva a desafiar en nombre de la fe a los dogmas políticamente correctos de la modernidad será puesto en la picota mediática de manera casi instantánea.
En cambio, los que apenas tienen fe o no la tienen en absoluto (aunque conserven las apariencias), pueden ejercer drásticamente su autoridad sin ningún problema, por dos razones. Por un lado, suelen ejercer esa autoridad en la dirección que favorece el mundo (en el sentido teológico de la palabra) y eso no les granjea sinsabores sino aplausos. Por otro lado, se han “liberado” del obstáculo que supone tener que ejercer su autoridad dentro de los límites de la fe y la moral y ese vacío lo llena enseguida la propia voluntad omnímoda y absoluta, que no admite frenos ni obstáculos. A pesar de lo que piensa la mayoría de la gente, una autoridad sin fundamento objetivo siempre es muchísimo más autoritaria que una que se basa en criterios firmes y establecidos. Esto explica la terrible dureza que a veces se observa en el ejercicio de la autoridad por parte de clérigos de doctrina más bien cuestionable y cuya palabra favorita es “tolerancia”.
En cualquier caso, creo que deberíamos ser conscientes de que no estamos ante una actitud particular incomprensible por parte de algunos obispos, superiores religiosos, etc., sino ante algo mucho más profundo y que afecta, en mayor o menor medida, a todas las autoridades en la Iglesia (incluida la autoridad paterna en los seglares) y, en general, a todos los que nos consideramos católicos. Vista así la cuestión, uno enseguida se da cuenta de que no tiene mucho sentido sorprenderse y enfadarse cuando los que ostentan la autoridad en la Iglesia no la ejercen, porquenadie da lo que no tiene. Incluso aunque se dieran cuenta de que deberían actuar de otra forma, haría falta un milagro para compensar la fuerza de hábitos de años y años, la presión conformista de sus iguales y la persecución del mundo.
Mientras tanto, los hombres gimen, cansados y agobiados, bajo el poder del Príncipe de la Mentira. Los fieles se mueven desorientados de un lado para otro, como ovejas sin pastor, extraviados por falsos maestros que son como lobos en medio del rebaño. La fe y la moral de la Iglesia no se enseñan, porque los encargados de proclamarlas se avergüenzan de ellas. Los centinelas, colocados sobre las murallas de la Iglesia, se han ido a dormir y el enemigo ha abierto una brecha en las murallas. El abandono de la Verdad ha llevado al abandono de los demás trascendentales: la Unidad se ridiculiza como si fuera mera uniformidad que esclaviza y coarta, la Belleza casi ha desaparecido de nuestras iglesias, nuestro arte religioso y, horresco referens, nuestras liturgias, y la Bondad (¡si Platón levantara la cabeza!) se confunde con ser simpáticos y agradables. No es extraño que los cristianos, acomplejados ante un mundo que parece tener las de ganar, pierdan la esperanza y, poco a poco, se vayan amoldando a la forma de ser del mundo y dejen la fe de sus padres. Las peores pesadillas de una mente enferma se van haciendo realidad en nuestra época y ya nos parecen normales. Sion deserta facta est, Jerusalem desolata est.
¿Cuál es la solución a todo esto? No soy profeta ni hijo de profeta, así que no lo sé. Intuyo que, por un lado, esto tiene que empeorar bastante antes de mejorar, porque una tendencia tan poderosa y de tan larga duración difícilmente se podrá revertir sin una serie de acontecimientos traumáticos, que revuelvan por completo a la Iglesia actual. Por otro lado, como ya señaló Chesterton, solucionar un error implica retroceder al punto en el que se tomó el camino equivocado, para enderezar ese camino. O, en palabras de un verdadero profeta, tendremos que volver al amor primero. Todos en la Iglesia, empezando o quizá terminando por su jerarquía, tendremos que volver a enamorarnos de la Verdad, que se encarnó por nosotros y para nuestra salvación. Si Dios quiere, volveremos a darnos cuenta de que esa Verdad es el tesoro escondido por el que merece la pena dejarlo todo y sufrirlo todo, porque de ella depende la vida eterna. Quizá eso implique que la Iglesia disminuya mucho de tamaño o incluso que venga una nueva época de persecuciones violentas, pero, antes o después, tendremos que corregir el rumbo y volver a poner a Dios en el centro de todo.
Por último, yo diría que el punto de inicio de una auténtica renovación del catolicismo, como todo punto, será muy pequeño. Pequeño como un grano de mostaza. Tan pequeño como alguien, quizá un lector de este blog, que se arrodille humildemente en Cuaresma ante su Señor y se ponga, de verdad, en sus manos, dejando obrar de una vez a la gracia. Nada más y nada menos.
Ánimo. Cristo es el Señor de la Historia.

Bruno M.

8/3/15

COMO VIVIR LA PERTENENCIA A UN INSTITUTO DE VIDA CONSAGRADA (PAPA FRANCISCO)



El 7 de marzo de 2015 a las 11.15 de la mañana, en la Plaza de San Pedro, Francisco se reunió con la Comunidad de Comunión y Liberación en ocasión del 60 aniversario del nacimiento del Movimiento y el décimo aniversario de la muerte de su fundador, Mons. Luigi Giussani. Durante la reunión, después del saludo del Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, don Julián Carrón, Papa Francisco dirigió a los presentes el discurso que se muestra a continuación:

Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

Les doy la bienvenida y las gracias por su cálido afecto! Dirijo mi cordial saludo a los cardenales y obispos. don Julián Carrón, presidente de vuestra Fraternidad, y le agradezco las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. (...) Mi primer pensamiento va a su fundador, Mons. Luigi Giussani, recordando el décimo aniversario de su nacimiento para el Cielo.

Agradezco a don Giussani, por diversas razones. La primera, más personal,
el bien que este hombre le ha hecho a  mi vida sacerdotal, a través de la lectura de sus libros y sus artículos. La otra razón es que su pensamiento es profundamente humano y alcanza el anhelo más íntimo del hombre.
Usted sabe lo importante que era  la experiencia para don Giussani , no una idea, sino una persona, Jesucristo. Así, los ha conducido a la libertad, que lleva al encuentro con Cristo, porque Cristo nos da la verdadera libertad. 
Y hablando de la reunión viene a la mente "La vocación de San Mateo," de Caravaggio, cuadro que contemplaba por largo tiempo, cada vez que estaba en Roma, San Luis de Francia. 
Ninguno de los que estaban allí, ávidos de dinero, incluyendo Mateo,  podía entender lo que significaba aquel dedo y  aquellos ojos que lo miran con misericordia y entonces  elige seguir a Jesús. (...)

Todo en nuestras vidas, hoy como en la época de Jesús, comienza con una reunión. Un encuentro con este hombre, el carpintero de Nazaret, un hombre como todos y al mismo tiempo diferente. Piense en el Evangelio de Juan, donde se habla de la primera reunión de los discípulos con Jesús (cf. 1,35-42).

Andrés, Juan, Simón, se sintieron dentro de la intimidad de Jesús y esto genera en ellos una sorpresa, una sorpresa que de inmediato les hizo sentirse vinculados con él .Cuando, después de la resurrección, Jesús preguntó a Pedro: " ¿Me amas "(Jn 21:15), y Pedro responde:" Sí ";ese sí  no era el resultado de una fuerza de voluntad, no sólo fue la decisión del hombre Simon fue  antes por la gracia, fue el "primerear", el preceder de la Gracia. Este fue el gran avance para San Pablo, San Agustín, y muchos santos: Jesucristo siempre en primer lugar, que "primerea", delante de nosotros; cuando llegamos, ya estaba esperando. Él es como la flor del almendro está floreciendo  primero, y anuncia la primavera. Y no se puede entender esta dinámica  que despierta el asombro y la adhesión sin la piedad. Sólo aquellos que han sido acariciados  por la ternura de la misericordia, de verdad conocen al Señor. El lugar privilegiado del encuentro es la caricia de la misericordia de Jesucristo por mi pecado. (...) Es por este abrazo de misericordia que se da el impulso de responder y cambiar, y que bien puede ser una vida diferente. La moral cristiana no es el esfuerzo titánico, voluntario, de los que deciden ser coherentes y buscan éxito, una especie de desafío en que se enfrenta al mundo en solitario. No. (...) la moral cristiana tiene respuesta, la respuesta se mueve delante de un sorprendente misericordia, impredecible, incluso "injusta", según los criterios humanos, de Aquel que me conoce, sabe mis traiciones y me ama a pesar de ellas, me quiere, me abraza, me llama de nuevo, me espera, me atiende. La moral cristiana no es no caerse nunca , sino levantarse siempre, gracias a la mano de Dios que me agarra.



Y el camino de la Iglesia es también este: Dejar que se manifieste la gran misericordia de Dios he dicho, días atrás , a los nuevos cardenales: "El camino de la Iglesia no es condenar a nadie eternamente; es derramar la misericordia de Dios a todas las personas que pregunten con un corazón sincero; el camino que debe tomar la  Iglesia ,precisamente, para escapar de su encierro, es  ir a buscar en los "suburbios" distantes de la existencia; adoptar plenamente la lógica de Dios "
(Homilía 15 de febrero de 2015)

La Iglesia tiene que sentir el impulso gozoso de convertirse en flor de almendro, como Jesús, para toda la humanidad.

Hoy también se recuerdalos sesenta años del comienzo de su movimiento ", nacido en la Iglesia - como ha dicho Benedicto XVI -no por una voluntad de la jerarquía de la organización,  se originó de un renovado encuentro con Cristo y, por tanto, se puede decir, de un impulso derivado en última instancia del Espíritu Santo "(Discurso a la peregrinación de Comunión y Liberación, 24 de marzo de 2007: Enseñanzas III, 1 [2007], 557).


Después de sesenta años, el carisma original no ha perdido su frescura y vitalidad. Sin embargo, recuerden que el centro no es el carisma, es uno solo: Jesucristo! 
Cuando me pongo en el centro de mi método espiritual, mi camino espiritual, mi manera de ponerla en práctica, salgo del camino. Toda espiritualidad, todos los carismas en la Iglesia debe ser "descentralizados": en el centro sólo hay uno, el Señor!
Así que cuando Pablo en su primera carta a los Corintios habla de carismas, de esta realidad tan hermosa en la Iglesia, Cuerpo místico, termina hablando de amor, es decir, el que viene de Dios, lo que es propio de Dios, y que nos permite imitarlo. 
Nunca olvides esto: descentralizarse! 
Entonces el carisma no se conserva en una botella de agua destilada! 
La fidelidad al carisma no significa "petrificar" - es el diablo que "petrifica" - no significa que hay escribirlo en un pergamino y ponerlo en un cuadro. 
La referencia al legado que dejó Don Giussani no se reduce a un museo de recuerdos, las decisiones, las normas de conducta. 
Fidelidad a la tradición quiere decir, según   (...) - Mahler "significa mantener vivo el fuego, no adorar las cenizas." 
Don Giussani nunca perdonaría que perdiesen  su libertad y se trasformasen en guías de museo o adoradores de cenizas. 
Mantengan viva la llama del recuerdo de ese primer encuentro y sean libres!


Así, centrados  en Cristo y  el Evangelio, puede ser los brazos, las manos, los pies, la mente y el corazón de una Iglesia "saliente". El camino de la Iglesia es ir a buscar en los suburbios lejanos, para servir a Jesús en cada persona marginada, abandonada, sin fe, decepcionado por la Iglesia, un prisionero de su propio egoísmo. "Exit" (salida) también significa rechazar la autorreferencialidad, en todas sus formas, significa ser capaz de escuchar a aquellos que no son como nosotros, aprendiendo de todo el mundo, con sincera humildad. Cuando somos esclavos de sí mismos terminamos el cultivo de una "etiqueta de la espiritualidad": "Estoy en CL"(Comunión y liberación); y caemos en un millar de trampas que nos ofrece la autocomplacencia, de los que se ven en el espejo .Y que nos desorienta, nos convertimos en meros empresarios de una ONG.


Queridos amigos, me gustaría terminar con dos citas muy significativas
de Don Giussani, una de inicio y al final de su vida.

La primera: "El cristianismo nunca se realiza en la historia como un punto
al que defender, que se convierte en una antítesis ; El cristianismo es el principio de la redención, que se asume de nuevo ,salvándolo.
”(Puerto Esperanza. Primeros escritos, Génova 1967, 119).

El segundo: "No  tengo ninguna intención de" fundador" de nada, pero creo que el genio del movimiento que he visto nacer consiste en haber sentido la urgencia de proclamar la necesidad de volver a los aspectos elementales del cristianismo, a saber, la pasión, el hecho cristiano como tal en sus elementos originales, y eso es todo "

(Carta a Juan Pablo II, 26 de Enero de 2004 con motivo de los 50 años de Comunión y Liberación).

Que el Señor les bendiga y la Virgen los cuide, por favor, no te olvides de orar por mí! Gracias.

29/5/14

Audios sobre el Sagrado Corazón de Jesús para éste mes de junio.


Audios sobre el sagrado Corazón de Jesús para éste mes de junio.

http://www.ivoox.com/podcast-sagrado-corazon










4/4/14

Las artes marciales orientales no son sólo un deporte


Tras el kárate, el kung-fu o el aikido se esconde todo un sistema filosófico-espirituaI, completamente ajeno a la cultura cristiana...


Artes marciales de moda

Dominik Chmielewski empezó a entrenar artes marciales cuando tenía entre 14 y 15 años, a mediados de la década de los ochenta. Al principio, como era un chico bajito y débil, estaba buscando la manera de «no tener miedo en la calle», pero enseguida, después de los primeros entrenamientos, llegó a la conclusión de que el kárate podía convertirse para él en toda una forma de vida. Comenzó a profundizar en otras artes marciales, practicó también el aikido y el jiu-jitsu, fue discípulo de los más destacados maestros de Polonia, y también se puso en contacto con maestros de Estados Unidos. Obtuvo el grado de Maestro, Io Dan. Su sueño era educar a la juventud, precisamente mediante las artes marciales.
El interés en Europa por las artes marciales orientales surgió en la década de los setenta del siglo pasado, debido al influjo de las películas de Bruce Lee, que se convirtió en un ídolo de los jóvenes de aquella generación.



 Pero la causa de su creciente popularidad tuvo también un carácter más pragmático: fueron las noticias en los medios de comunicación sobre los delitos de agresión, cada vez más frecuentes. El miedo trajo consigo buscar alguna posibilidad de defensa frente a cualquier agresión. «Hoy en día, los delincuentes por la calle son muy agresivos y muy brutales, por eso también las formas de autodefensa y las artes marciales que se practican son igualmente muy agresivas.
 El entrenamiento diario lo constituyen ejercicios para arrancar ojos, partir brazos, golpear una arteria, romper la nuca, dar una patada en la ingle o ejecutar llaves muy dolorosas...; o sea, simplemente de lo que se trata es de una lucha muy violenta y despiadada» —nos cuenta Chimelewski. Esta lucha requiere, sin embargo, cierta preparación síquica. Resulta necesario un «entrenamiento mental, en el cual yo mismo me imagino cómo le saco los ojos, le parto las muñecas o le arranco los genitales a alguien. Estas técnicas que tienen que parar al agresor, después de muchos años de un entrenamiento así, o incluso pasados pocos años, provocan que mi mente acabe sufriendo un cambio». Durante las clases, el alumno debe imaginarse, de la forma más realista posible, que se encuentra en el campo de batalla, rodeado de adversarios cuyo único objetivo es matarle. Esta actitud puede traer consigo consecuencias negativas para la mente de los que practican artes marciales orientales: «acostumbrados» a la agresión, observan a cualquier transeúnte que se les cruce por la calle como un potencial agresor. Algunos incluso ni siquiera consiguen hablar con la gente, porque están esperando su ataque en cualquier instante.

Las personas que practican artes marciales se convierten, consciente o inconscientemente, en seguidores de cierta espiritualidad


Las artes marciales no son sólo un deporte.

 Tras el kárate, el kung-fu o el aikido se esconde todo un sistema filosófico-espiritual, completamente ajeno a la cultura cristiana. Originariamente se trataba de una forma de meditación dinámica. Los maestros del Lejano Oriente no conocían la distinción entre materia y energía. Según ellos, todo existe gracias al flujo de energía entre el yin y el yang. A lo largo de varios milenios, los habitantes del Extremo Oriente dirigieron sus formas de meditación a lograr la sabiduría y encontrar un punto de equilibrio, en el cual no hay diferencias ni opuestos, mientras que el bien y el mal son las dos caras de un todo.
 «Al mismo tiempo, se empiezan a adquirir esos poderes por los cuales se rige el universo. Se trata precisamente de unas habilidades que nosotros consideraríamos como paranormales, ocultistas; es decir, poderes ocultos del tipo: caminar sobre espadas afiladas, tumbarse sobre brasas encendidas o sobre botellas rotas, recibir golpes con herramientas muy afiladas que no dejan ninguna señal en el cuerpo, intentar sin éxito que un hombre sea empujado por veinte personas. Es algo que escapa al pensamiento racional. Los maestros son capaces de saltar sobre una caja de cerillas sin aplastarla: es la habilidad de emplear tu energía interior de una forma específica. Hay maestros que consiguen recibir cualquier golpe en su cuerpo. Son capaces de partir objetos que aparentemente son irrompibles. Algunos han recibido ciertos poderes de sanación». Las personas que practican artes marciales se convierten también, consciente o inconscientemente, en seguidores de cierta espiritualidad. 



El Maestro Morihei Ueshiba, fundador del aikido, explicaba así en qué consistía su invento: «El Arte de la Paz que yo practico tiene espacio para cada uno de los ocho millones de dioses del mundo, y yo coopero con todos ellos. [...] La construcción de santuarios y templos no es suficiente. Erígete en imagen viva de Buda. Todos nosotros deberíamos ser transformados en diosas de compasión o Budas victoriosos. [...] El Arte de la Paz es la religión que no es una religión; perfecciona y completa todas las religiones. [...] aprende de los dioses y a través de la virtud de la práctica devota del Arte de la Paz, hazte uno con lo Divino».

Auténtico paganismo

Las artes marciales orientales son a menudo la propaganda más popular de espiritualidades panteístas y monistas. Su objetivo es lograr una confianza plena en uno mismo. «Tu verdadera fuerza depende sólo de ti» —repetía el maestro de kárate Masutatsu Oyama. Los Padres del Desierto afirmaban, en cambio, que la victoria de Satanás se apoya en nuestra soberbia: cuanto más nos parece que somos perfectos, con tanta mayor fuerza estamos siendo esclavizados.




Esa honra que se da a las espadas o a los retratos de los maestros, presente en rituales relacionados con las artes marciales, seguramente puede considerarse como idolatría, pero todavía más peligrosa resulta la deificación de la energía Qi (pronunciado "chf' en chino) o Ki (transcrito del japonés). Abrirse a ella puede causar que surjan en el hombre capacidades parapsicológicas y de ocultismo, típicas de la injerencia de fuerzas demoníacas. Dominik Chmielewski cuenta que, como resultado de las meditaciones orientales, del zen y el yoga que estuvo practicando durante diez años, sufría ataques inesperados de ira y rabia: «Muchos compañeros con los que yo me entrenaba, me decían que habitualmente soy muy tranquilo y alegre; un estupendo muchacho,
colega y amigo; pero que en los combates es como si me transformara en un demonio. Tenían miedo de luchar contra mí. Me decían: "Tío, es que tienes algo en los ojos que hace que yo te tenga miedo. Tú me vas a matar en el combate". Y, por supuesto, yo no sentía nada interiormente, pero ellos lo notaban de forma muy clara: como una fuerza que seguramente no provenía de Dios, a pesar de que yo rezaba todos los días, iba a la iglesia y me acercaba a recibir los sacramentos».
«Todo lo que hasta ahora
consideraba una ganancia,
lo tengo por pérdida, a causa
de Cristo» (Flp 3, 7)
Dominik Chmielewski era catequista, pero al mismo tiempo un fanático del kárate. Cualquier rato libre se lo pasaba en los entrenamientos. En el transcurso de nueve años obtuvo el 3 er Dan y llegó a ser el director técnico más joven del país para temas de kárate, en la Federación Polaca de Artes Marciales de Byd-goszcz. Estaba convencido de que, con la ayuda de las artes marciales, iba a poder enseñar y preparar a los jóvenes para la vida. «Me preocupaba mucho la formación de la gente joven y su orientación en la vida».
Mientras tanto, la mayoría de los adeptos al kárate que vino a formarse con Chmielewski no estaba de ningún modo interesada en perfeccionarse, ni tampoco en formarse. «Entre esos chichos, a decir verdad, no había muchos que no estuvieran interesados en nada más que técnicas para matar. Generalmente lo que buscaban era aprender a defenderse con eficacia en la calle; tanto mejor, cuanto más despiadada y brutalmente fuera aquello». A partir de un momento dado, Dominik sintió que el camino que había escogido no le estaba conduciendo a ninguna parte. Como era un ferviente católico, viajó a Medjugorje y le encomendó su vida a la Virgen María. Entonces sintió claramente que tenía que dejar las artes marciales y que su vocación, por supuesto, seguía siendo orientar a la juventud, pero no a través del kárate. Obedeciendo a la Virgen, dimitió de sus cargos como instructor y director en la Federación Polaca de Artes Marciales, renunció al examen de aspirantes a 4o Dan, dejó por completo los entrenamientos e ingresó en un seminario Salesiano. Había resultado que las artes marciales «no se pueden conciliar con el espíritu de amor, de paz y de bondad que emana del Evangelio, que irradia Jesucristo».
En Dominik había muerto el hombre viejo, pero al mismo tiempo había descubierto de nuevo su propia vocación. Hoy día es sacerdote. Sirve en un centro de formación salesiano, «el único centro de menores en Polonia sin rejas, sin vigilantes, sin perros, sin todo ese sistema de control sobre los jóvenes, un control que limita su libertad. Es un hogar para chicos que, si no fuera por nuestra intervención, acabarían en un centro de internamiento de menores».
Además de esto, se dedica a difundir la verdad sobre los riegos de posesión maligna que existen por practicar artes marciales; sobre esto afirma que: «una persona que se ha dedicado durante tantos años a una energía a la que considera cósmica, impersonal, está convencida después de que esa energía se transforma en un ser inteligente, oculto tras ella desde siempre. Resulta también que ese ser, un ser inteligente, controlaba ya su mente, hasta tal punto que esa persona se siente esclavizada por un ente extraño, mucho más inteligente que ella».
San Pedro nos lo advierte: «En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente perdición. Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias» (2 Ped 2, 1-2). No nos dejemos engañar por esas enseñanzas que nos apartan de Dios.
Elaborado por Daniel Rucki
a partir del contenido de la serie
de vídeos titulada:

«Visibles e invisibles». 

3/9/13

Dramatizaciones en Audio

                             Fray Luis de Granada
  
                                    San pedro Claver 

                               El divino Impaciente 


                                         Vida de Cristo


                                           Junípero Serra






                                                     










6/6/13

Mes de María

MES DE MARÍA


Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de contrición: 
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador. Padre y Redentor mío: por ser Vos quien sois. Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas eternas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza, a ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Oración:

 Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana
No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas favorablemente. Amén.

• Pidamos las gracias que deseemos alcanzar hoy por intercesión de nuestra Madre, María... Y para ello, la saludaremos con las avemarías y las jaculatorias siguientes:

1. Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador. Avemaría...
2. Acueducto de las divinas gracias, concededme un verdadero arrepentimiento de mis pecados. Avemaría...
3. Reina de cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Avemaría...
4.  Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría...
5.Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi
muerte y abridme las puertas del cielo. Avemaría...

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración final: 
¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a Vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo vuestro/a, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.
Madre, aquí tenéis a vuestro hijo/a. (3 veces)

En Vos, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. Dulce Corazón de María, sed mi salvación. Ave María Purísima, sin pecado concebida.

Mes del Sagrado Corazon de Jesús


MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



En el mes de junio, ofrece al Corazón de Jesús diariamente estas oraciones:
Por la señal de la Santa Cruz...
Oración preparatoria.-
 Dios mío, me postro ante vuestra soberana presencia: yo os adoro en unión de vuestro Santísimo Hijo y deseo unir mi corazón al suyo para ofreceros una oración pura y agradable a vuestros divinos ojos. Y Vos, Virgen Santísima, Ángel de mi guarda y santos de mi devoción, interceded por mi, a fin de que pueda meditar las excelencias del amor de Cristo, Amén.

Deprecaciones.- 
Oh Corazón amorosísimo de Jesús, por vuestra herida preciosa abierta para dar paso a las llamas de vuestro inmenso amor, haced que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de la inmundicia del pecado.
 Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Oh Corazón sacratísimo de Jesús, por vuestra corona de espinas que os atormentó con las puntas crueles de nuestros pecados, alcanzadnos un santo y sincero remordimiento de nuestras culpas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oh Corazón dulcísimo de Jesús, por vuestra cruz plantada corno árbol frondoso alimentado por la sangre divina, signo de vuestro ardiente deseo de ser crucificado, concedednos una entera resignación a los designios de la Providencia.
 Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Consagración al Sagrado Corazón De Jesús
¡ Oh Corazón dulcísimo de Jesús, Rey de amor! Por mediación de vuestra Madre y Madre mía la Santísima Virgen María, acepto muy gustoso el pacto que Vos me proponéis de cuidar Vos de mí y de mis cosas y cuidar yo de Vos y de vuestra gloría.
Todo lo mío lo pongo en vuestras manos: mi familia, negocios y ocupaciones todas; mi cuerpo con sus sentidos, salud y vida; mi alma con sus potencias, virtudes y méritos: mi propia salvación y santificación.
Cuidad Vos de mí.
Yo en cambio cuidaré de Vos: de glorificaros cuanto pueda. Os prometo contribuir con comuniones, misas, rosarios, oraciones y jaculatorias; con la paciencia en sufridas cruces ordinarias de la vida; con el fiel cumplimiento de las obligaciones de mi estado; con obras de misericordia, con limosnas y sacrificios: con la propaganda, con el ejemplo, de palabra y por escrito, a daros toda gloria y reparación que me sea posible. Quiero extender por todo el mundo vuestro reinado de Amor. Hacedme perfectísimo amante y apóstol de vuestro amantísimo Corazón. Amén.
Todo sea por Vos,
Corazón Sacratísimo de Jesús.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Vos confío.
Dulce Corazón de María,
sed nuestra salvación.

16/5/13

Terrible realidad

El terrible crimen del aborto hace necesario a veces que para alguna gente se les muestre como relamente son las cosas, no es de mi agrado poner estas cosas porque muestran lo mas despreciable a lo que podemos llegar como seres humanos en nuestro alejamiento de Dios, pero pongo el video porque deja ver una realidad que a nivel mundial intentan negar.